Lo que nos roba la paz son las mentiras del diablo, pero declara: Yo acepto los planes que Dios tiene para mi vida. No importa lo que te digan los hombres. Recurre a la Palabra; allí hay una promesa y una instrucción. Dios te dará una palabra, orarás y Él te va a responder. (Salmos 34:14).
La paz de Dios es una persona a quien puedes seguir y es el Espíritu de Paz. Es el Espíritu de Jesús, que es el Príncipe de Paz. Es algo que viene del cielo, que te da una paz que sobrepasa todo entendimiento; es esa paz que te mueve a creer que el Dios que está contigo sí lo puede hacer. “Busca la paz y síguela”.
En Dios tenemos el antídoto para conservar la paz. “Jesús cargó en la cruz del Calvario el precio para que tú y yo tengamos paz".(Isaías 53:5). Ese es el precio que Jesús pagó en la cruz del Calvario.
Una pastilla no puede dar paz; solo puede calmar los nervios. Cuando tienes una pastilla, tienes fe de que algo va a ocurrir en ti y no está mal, pero la pastilla que Jesús nos dio es más efectiva y poderosa que cualquier pastilla que tomes en esta tierra.
El precio que Jesús pagó alcanza, para que yo tenga paz. Debemos recordar que nos tomamos la pastilla de la Paz que Jesús nos ha dejado. No aceptes lo que te roba la paz. No es correcto que nosotros nos limitemos a lo natural, si tenemos un Dios sobrenatural.
Pase lo que pase y digan lo que digan, tranquilo, porque quien tiene la última palabra es nuestro Dios. ¡En Dios tengo el antídoto para conservar la paz!
Cada vez que mencionas la palabra de Dios, el infierno sabe que tiene que respetar. Ante su palabra la tierra tiembla. Sí viene una aflicción por el futuro.
Declara Jeremías 29:11: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
No importa lo que pase afuera; por dentro estarás en paz. La paz no es la ausencia de problemas.
Necesitamos encontrar qué es lo que Satanás usa para robarnos lo que a Jesús le costó tan caro, la paz.
El temor ya no puede quedar en tu vida, porque verás lo que Dios prometió, lo que está para tu vida, para tu casa y para tu caminar por esta tierra.
¡Más grande es el Dios en el que tú confías!
La palabra profética para septiembre: "¡Prepárate!, porque será un mes de conquista, con la paz que Jesús pagó en la cruz del Calvario". Dios nos dice: Tranquilo, el futuro está en mis manos. Y yo tengo planes de paz. Aquí en la palabra está todo. (Jeremías 29:11).
Pastor Robert Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina