El Espíritu Santo nos ayuda en nuestra vida espiritual, guiándonos en nuestro camino y ayudándonos a comprender la Palabra de Dios. También nos ayuda en nuestra vida emocional, consolándonos en momentos de dolor y angustia, y llenándonos de paz y gozo. Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra vida física, dándonos la fuerza y la energía necesarias para cumplir con nuestras responsabilidades diarias.
El Espíritu Santo es nuestro amigo fiel. Debemos permitir que tenga acceso a todas las áreas de nuestra vida, para que podamos recibir su ayuda en todo momento. Debemos también honrar nuestro cuerpo como templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20), y cuidarlo y tratarlo con respeto y amor. Al hacerlo, experimentaremos su poder y su presencia en nuestra vida diaria.

Acciona: Toma unos minutos para reflexionar acerca de cómo puedes honrar tu cuerpo como templo del Espíritu Santo. Piensa en una acción concreta que puedas tomar para cuidar tu cuerpo y tu salud. Puedes hacer ejercicio, comer de manera saludable o descansar lo suficiente. Luego, ora al Espíritu Santo pidiéndole que te ayude a cumplir con esta acción. Ponla en práctica durante el día, con la ayuda del Espíritu Santo. Observa cómo su poder y su presencia te ayudan a honrar tu cuerpo y a cuidar tu salud.
Bendecido jueves!!!