Mientras pintaba, notó un pequeño agujero en el casco, y lo reparó tranquilamente. Cuando terminó de pintar, recibió su dinero y se fue.
Al día siguiente, el dueño del barco acudió al pintor y le presentó un cheque, mucho más alto que el pago por la pintura.
El pintor se sorprendió y dijo: -"Ya me ha pagado por pintar el barco, señor!"