Según estudios, la persona agradecida tiene más capacidad para lidiar con el estrés, logra ser resiliente ante los problemas y se recupera más rápido de las enfermedades físicas. Además, se relaciona mucho mejor con su prójimo.
Hay mucha investigación relacionada con la gratitud.
Lo más increíble es que, mucho antes de que alguien hablara de esto, la Palabra de Dios ya nos guiaba para practicar la gratitud en todo momento. ¿Incluso en malas ocasiones? ¡Por supuesto! Si decidimos tener una visión positiva de todo, veremos cuánto podemos aprender de nuestros errores y desafíos.
Por supuesto, no vamos a decir: “Gracias, Dios, porque estoy enfermo”, pero podemos decir: “Gracias, Dios, porque estoy vivo y creo que Jesús ya me curó cuando tomó mis dolores y enfermedades en la cruz del Calvario. Quiero aprender a depender más de ti y quiero cuidar mi cuerpo con más sabiduría”.
Son posiciones como esta, llenas de gratitud y con correctas declaraciones de fe, las que hacen cambiar los escenarios. Esto, sin embargo, es un cambio de mentalidad que debe ser el objetivo de todos nosotros.
No moveremos el mundo espiritual a nuestro favor cuando nos quejemos o nos sintamos víctimas de cualquier circunstancia, pero Dios puede actuar milagrosamente en nuestras vidas cuando estamos agradecidos por la vida que ya hemos recibido en Jesús y consideramos los problemas y las adversidades como pasos para crecer.
¡Acostúmbrate a dar gracias por las cosas que ya has recibido y declara con gratitud las que recibirás! Hoy, ¿por qué vas a dar gracias?
PALABRAS DE VICTORIA
EQUIPO PASTORAL CENTRO CRISTIANO PUERTA ABIERTA
Sáenz Peña - Chaco
