2Reyes 3.8-9: “Y dijo: ¿Por qué camino iremos? Y él respondió: Por el camino del desierto de Edom. Salieron, pues, el rey de Israel, el rey de Judá, y el rey de Edom; y como anduvieron rodeando por el desierto siete días de camino, les faltó agua para el ejército, y para las bestias que los seguían”.
Joram quiere que le vaya bien, quiere vencer a Moab, pero el camino que elige es un camino equivocado.

Anduvieron por el desierto durante siete días y se les acabó toda provisión de agua, tanto para el ejército como para los animales.
Sin agua en medio del desierto. No podían regresar, ni tampoco avanzar. Era una situación límite y desesperante.
¡Cuánta gente quiere que le vaya bien, pero eligen mal el camino! ¡Se equivocan y luego con el paso del tiempo se encuentran en una situación desesperante!
Porque el tema no es “lo que quiero” sino “lo que escojo”.

Todos queremos que nos vaya bien en la vida, pero no todos escogemos bien. Y lo que determina cómo nos irá en el futuro son nuestras elecciones de vida.
¿Cómo puede pretender alguien que le vaya bien, si ha elegido un mal camino, si ha tomado malas decisiones, si ha vivido sin sabiduría y dirección de Dios?
¿Qué hace Joram?
Le echa la culpa a Dios por su propio fracaso.

2Reyes 3.10: Entonces el rey de Israel dijo: ¡Ah! que ha llamado Jehová a estos tres reyes para entregarlos en manos de los moabitas.
En lugar de humillarse delante de Dios y reconocer su pecado, se queja y actúa con orgullo y soberbia.
Nunca llegaremos lejos, ni llegaremos bien si tomamos decisiones sin buscar y obedecer la guía y el consejo de Dios.
En honor al pastor Claudio Claus, Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña, Chaco, Argentina.