Filipenses 3.13-14: Hermanos yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago, olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Isaías 40.30-31: Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
El cristiano siempre avanza, se proyecta, prosigue a la meta, se extiende; nunca se detiene, ni queda atrapado en el pasado.
Supera los obstáculos tomado de la mano del Señor y aprende a olvidar lo que queda atrás. ¿Cuáles son las cosas que se deben olvidar?
En primer lugar, se enfoca en olvidar los fracasos, los errores; aprende a superarlos con fe, creyendo que lo que viene es mejor.
Se enfoca en olvidar los dolores, no se aísla, ni limita, ni se victimiza, sino que se proyecta hacia nuevos desafíos.
También olvida los laureles, los logros pasados, sabe que hay nuevos logros y premios para el futuro.
Dios quiere que corramos la carrera de la vida, con actitud de ganar, de proseguir hacia la meta.
Es Dios quien da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas para poder superar los fracasos y desilusiones, hay que seguir intentándolo hasta llegar a la meta.
El cristiano que avanza ha aprendido a poner la mente y la mirada en el futuro que Dios tiene para su vida, está enfocado en lo que está delante, en su porvenir. La clave es proseguir.
El cristiano que avanza lucha por su meta, por la promesa que Dios le dio. No se conforma sólo con recibir una palabra, sino que toma la palabra y la pone por obra hasta que se haga realidad.
La fe en Jesús es energía que te proyecta hacia el futuro.
Pr. Claudio Claus Centro Cristiano Puerta Abierta, Sáenz Peña, Chaco, Argentina