2 Crónicas 7:13-14 “Si Yo llego a cerrar los cielos para que no haya lluvia, y si mando a la langosta a consumir la tierra, o si envío peste contra mi pueblo; si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.”
El famoso rey Salomón estaba dedicando a Dios un majestuoso templo, en medio de una bonanza económica en toda la nación.
El Señor le advierte que el pecado siempre trae consecuencias: crisis, enfermedad, destrucción, perdición.
Hay un solo remedio para ser perdonados y sanados: humillarse, pedirle, volverse a Él, apartarse de lo malo.
Ora así: Padre, me vuelvo a Ti, de todo corazón, decidiendo apartarme de mis pecados. ¡Perdóname! ¡Restaurame! También te pido que sanes a mi nación. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!
Sigue orando cada día por tu ciudad y nación.