Me causó gracia una tira de humor que dibujó la talentosa Maitena: Una mujer le pregunta al médico: “Doctor, ¿dónde se inyecta el colágeno para rellenar el vacío existencial?”
Carl Jung, el famoso psiquiatra, señaló que “una persona que a los 40 años no tenga un propósito importante en la vida está destinada a ser un individuo neurótico. (Un neurótico es el que sufre una severa inestabilidad emocional).
Es indudable que la falta de objetivos claros es una de las causas que generan más insatisfacción. ¿Para qué estoy en este mundo? ¿Cuál es mi aporte a la sociedad? ¿Hago algo por los demás o solo pienso en mí?
Me gustó mucho el libro “Confesiones” del tenista André Agassi. Tiene que ver exactamente con este tema. Es un verdadero tratado sobre la indescifrable conducta humana. Me gustó porque él habla con una inusual franqueza cuando dice, entre muchas otras frases contundentes que me asombraron: “Yo odiaba el tenis”. Recordemos que fue Nº 1 del ranking mundial.
Nadie le creyó, excepto su esposa Steffi Graf, otra campeona, que le confesó: “Cómo no te voy a creer si al tenis lo odiábamos todos”.
Cuando finalmente Agassi decidió retirarse y le preguntaron cómo se sentía ahora dijo: “Libre, fui liberado. Jamás voy a extrañar el tenis porque yo no lo elegí, otros lo eligieron por mí”.
Explicó que escribió ese libro para ayudar a los que no saben cuál es su propósito en la vida. “Siento que hay mucha gente que se despierta en una vida que no ha elegido y que no le gusta”.
Juliana, una de mis tres hijas me planteó a los 18 años: “Papá, ¿me pagarías una carrera que yo sé que no te gusta? Le respondí que jamás intentaría una barbaridad tal como frustrarle una vocación. Ella estudió Bellas Artes y se han convertido, junto con su esposo Manuel, en figuras con repercusión mundial. Tras exponer en Europa ocupó la portada de la revista francesa Vogue, y luego de una muestra de sus obras en Los Ángeles, el diario New York Times le dedicó varias páginas de su revista dominical. Los ex reyes de España, Juan Carlos, Sofía y Felipe, los contrataron para ser retratados. Sus obras están en los principales museos.
Muchos padres, egoístamente, tuercen la vocación de sus hijos y los destruyen.
En uno de estos días volveré a explicar cómo hallar el propósito para nuestra vida. Termino con una frase de Bernard Show: “Esta es la verdadera alegría de la vida: ser utilizado para un propósito que sea poderoso, estar totalmente gastado antes que te echen en el basurero, pasar por la vida como un huracán en lugar de ser una nubecita llena de enfermedades y quejándose todo el día de que el mundo es una porquería”.
Por Marcelo Laffitte
