2 Crónicas 32:13-14 "¿Acaso no se han enterado de lo que mis padres y yo hemos hecho con todos los pueblos de la tierra? ¿Acaso los dioses de esas naciones pudieron librar de mi mano a su tierra? ¿Qué va a hacer el Dios de ustedes para librarlos de mi mano?"
Las amenazas de ese rey invasor (quien finalmente fue avergonzado) son similares a las voces de desánimo y derrota que recibes a diario que te lleva a pensar erróneamente que Dios no va a ayudarte, que tu estado actual es irremediable, que nada va a cambiar en tu nación.
Dios es tu proveedor, tu sanador, tu ayudador, tu fortaleza, quien te da la victoria en cada batalla que tienes que librar.
Cree y no serás defraudado.
Ora así: Padre Dios, creo que me librarás de toda amenaza y maldad. ¡Estoy en tus manos! Lo declaro en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido martes!