Salmos 18:2 «Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio. ¡En ti confío!»
Un poderoso gobernante, el famoso rey David, se humilló poniendo toda confianza en Dios y los resultados fueron excepcionales.
El Señor puede ser también para ti:
- Tu roca, donde afirmarte;
- Tu defensor, siempre a tu favor;
- Tu libertador, para romper toda atadura diabólica;
- Tu fuerza, para cuando flaqueas,
- Tu escudo, para protegerte de todo ataque;
- Tu salvación, ahora y por la eternidad;
- Tu alto refugio, donde nada pueda dañarte.
Ora así: Padre Dios, yo también decido confiar totalmente en Ti, declarando que eres mi Dios, mi roca, mi defensor, mi libertador, mi fuerza y mi escudo, mi salvación y mi alto refugio-. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Bendecido Jueves!