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¿Crees o dudas? ¿Qué Dios tienes?

Ante las dificultades de la vida, en que las fuerzas decaen o en que los que están en contra parecen más fuertes o poderosos, nos toca tomar una decisión: en quien creer. En ese gigante que se levanta implacable o en el Dios que hizo la creación y que ideó cada célula de nuestro ser. Tan perfecto es que no dejó nada librado al azar. Entonces, seamos como Josué y Caleb, digamos “si Dios lo dijo, los comeremos como a pan”.

Números 13:30,31. Subamos, pues, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos. Pero los otros dijeron: No podemos atacar a ese pueblo, porque ellos son más fuertes que nosotros.

Aquellos hombres en lugar de creer en la Promesa de Dios, y en Quien les había entregado esa tierra, pensaron más en las dificultades que tenían que superar y terminaron viviendo en el desierto 40 años.

Tus palabras tienen un poder asombroso, para dar vida o muerte, para sanar o enfermar, para llevarte a la victoria o a la derrota. Dejá de pensar todo el día en el tamaño de tus dificultades y declará lo grande que es tu Dios.

 

Orá así: Señor, hoy me levanto para avanzar en fe, creyendo que tus fuerzas son suficientes para tener victoria, que lo que parece imposible, Vos lo harás posible. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Lunes!

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