Reyes 4:1-2 "Cierto día, la viuda de un miembro del grupo de profetas fue a ver a Eliseo y clamó: Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos. ¿Cómo puedo ayudarte? preguntó Eliseo. Dime, ¿qué tienes en tu casa? No tengo nada, solo un frasco de aceite de oliva, contestó ella".
Hay momentos que te parece que todo está perdido, que ya no hay salida. Pero lo que parece poco, en las manos de Dios se multiplica. Así sucedió con aquella viuda, quien fraccionó el aceite, lo vendió, pagó sus deudas y libró a sus hijos de la esclavitud.
No te rindás ante las adversidades, tenés capacidades que podés ponerlas en acción con fe. ¡Dios se glorificará en tu vida!
Orá así: Padre Dios, pongo en tus manos lo poco que tengo y que soy. Me activo en fe confiando en que lo multiplicarás sobrenaturalmente. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Jueves!