Salmos 40:1-2 "Con paciencia esperé que el Señor me ayudara, y Él se fijó en mí y oyó mi clamor. Me sacó del foso de desesperación, del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme y a medida que yo caminaba, me estabilizó".
El pecado te embarra, te lleva al fracaso, te esclaviza en un foso sin salida, oscurece tu vida, te quita la esperanza.
Es el momento de clamar a Dios con la seguridad que te oirá, te pondrá sobre la firme roca que es Cristo, quien perdonará tus pecados, enderezará tus pasos, te dará vida eterna, y te estabilizará para que todo te salga bien.
Orá así: Padre Dios, clamo humildemente a Vos, pidiendo que perdones mis pecados, me limpies del lodo, me saques del pozo, me afirmes en Cristo. Te lo pido en el Nombre de Jesus, amén.
¡Bendecido Sábado!