Proverbios 7:1-3 “Hijo mío, sigue mi consejo; atesora siempre mis mandatos. ¡Obedece mis mandatos y vive! Guarda mis instrucciones tal como cuidas tus ojos. Átalas a tus dedos como un recordatorio; escríbelas en lo profundo de tu corazón”.

A través de estas líneas cada día te llega un consejo de Dios. ¡Atesóralo, es más valioso que la plata! ¡Obedécelo, porque te guiará a una vida abundante!

¡Guárdalo en lo más profundo de tu corazón para no equivocarte! ¡Cuídalo: te conducirá a tener éxito en todo!
Ora así: Padre Dios, gracias por tus consejos; decido grabarlos en mi corazón para seguirlos en todo momento, recordarlos ante cada decisión; porque solo así tus bendiciones siempre me seguirán. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!