Gálatas 5:19-23 ”Las obras de la vieja vida son adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.”

Para que demos frutos malos, no hace falta hacer nada. Se producen solos.

Pero cuando buscas a Dios, Su Espíritu comienza a producir amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio.

Dios siempre está dispuesto a cambiar tu vida para que produzca buenos frutos. ¡Búscalo!

Ora así: Padre Dios, reconozco que tus frutos no abundan en mi vida. Muero a mi vieja vida y mis frutos malos. Recibo una nueva vida en Jesús y los buenos frutos de Su Espíritu para crecer como persona. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!