Salmos 31:19 “Qué grande es la bendición que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a Ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo”.

El rey David, aunque tuvo que pasar por dificultades y persecuciones, experimentó con creces el cumplimiento de esta promesa, porque siempre acudió al Señor y se mantuvo fiel en Su Camino.

Las bendiciones del Cielo están reservadas para aquellos que le creen a Dios, lo buscan, obedecen; y se manifestarán a la vista de todos. ¡Esto también es para vos!

Orá así: Padre Dios, creo y recibo esta promesa, ¡tenés grandes y buenas bendiciones reservadas para mí! Decido seguirte fielmente para que el bien y la misericordia me sigan todos los días de mi vida. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Jueves!