A los pies de Jesús

El lugar correcto al que debemos dirigirnos siempre, es a los pies de Jesús, sólo a sus pies hallamos el alivio, la paz y la gracia que nos lleva a avanzar en sus propósitos. Cuando te rindes a sus pies no hay nada ni nadie que pueda impedir que seas ministrado por Él, por su amor, su sabiduría y su poder. Cuando esto sucede es inevitable que al levantarte te veas diferente a como veías antes de llegar a su presencia.
 
A sus pies me rindo, porque sé que cuando me rindo a sus pies, más fortalecido me voy a levantar; más sabiduría voy a tener para vivir el día a día, más confiado voy a estar porque sé que es Él quien me sustenta, me cuida, me protege, me defiende y me respalda.
 
Cuando te rindes a sus pies, entras en una dependencia absoluta de su gracia; entiendes que no se trata de ti, que no eres capaz de avanzar si no tienes la certeza de saberte en su presencia.
 
A sus pies me rindo, porque sé que si no estoy aferrado a Él nada bueno voy a ser capaz de hacer. 
 
Rendidos a los pies de Jesús es donde vamos a adquirir el consuelo, la fortaleza, los recursos, las respuestas y la dirección que necesitamos para vivir cada día.
 
 
Él mismo nos revelará a la luz de la Palabra el camino por el que debemos andar, Él nos aconsejará y nos direccionará por la senda correcta. No hay un lugar más seguro y confiable que vivir rendidos a sus pies.
 
 Hoy rindo tooodo mi ser a tus pies mi Amado Jesús.
 
Bendecido miércoles!!!
 

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