La palabra de Dios dice en 1 Samuel 17:37 “¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso, me rescatará de este filisteo! Así que Saúl por fin accedió: Está bien, adelante. ¡Y que el Señor esté contigo!”.

David quería enfrentar al gigante Goliat para salvar a su nación y para convencer al rey, le recordó lo que Dios había hecho.

Por más gigante que sea tu problema recordá que el mismo Dios que te ayudó en el pasado, está ahora para librarte. ¡Para Él todo es posible!

Orá así: Padre Dios, gracias por ayudarme tantas veces. Por eso hoy, una vez más, enfrento los problemas con mis ojos puestos en Jesús. En Su Nombre, amén.
¡Bendecido Martes!