Una palabra de fe activó la respuesta de Dios

"Si Dios no dudó al entregar a su Hijo por nosotros, ¿no nos dará también, junto con él, todas las cosas?". Romanos 8:32. En este versículo, Dios nos confirma que cuando oramos a Él y esperamos en Él los milagros ocurren.        

Fabiana y su familia son testigos de que, para Dios, nada es imposible. Y que cuando se declara una palabra de fe, Él usa quizás a personas que aún ni conocemos para bendecir nuestras vidas.

Ellos llevan adelante un trabajo solidario con un merendero barrial. En diciembre del 2019, la inundación afectó la vivienda precaria en la que vivían. En ese momento el Espíritu Santo envió a la pastora Susana Acosta junto al equipo de Misericordia y Verdad para asistirlos con mercaderías.

La pastora sintió de parte de Dios, un profundo quebrantamiento por las condiciones en la que estaban viviendo y los llamó para orar por ellos. “Nosotros nos prendimos de la palabra de fe de la pastora y creímos que Dios haría su obra", recordó.

En ese momento iniciaban las campañas políticas y la familia de Fabiana siempre confiando en Dios, seguían firmes, sirviendo con el propósito que les encomendó de asistir a los niños.

Ellos tenían una necesidad y Dios sabía cuándo y cómo haría su obra para suplirla. Fue entonces que recibieron el llamado de un funcionario del Instituto de Viviendas que de manera sorprendente, le comunicaba que él pudo conocer el trabajo que la familia realizaba y sentía un enorme compromiso por ayudarlos para refaccionar y ampliar la vivienda.

"Durante muchos años estuve inscripta en el Instituto sin que pase nada, pero eso se revirtió. En octubre de 2020 iniciaron las obras en mi casa. Nos visitaron técnicos para que decidamos la empresa con la cual nosotros queríamos hacer la obra".

“Dios nos dio la posibilidad de estar en todo el proceso y que todo se haga de forma correcta. Nos dieron los papeles y hace dos meses firmamos la entrega de la ampliación de mi casa", destacó.

 

Pero sabemos que la bendición de Dios siempre es abundante y sobrepasa todos los límites. Fabiana junto a su esposo Rubén, cada trabajo que hacían invertían en su casa.

Hoy cuentan con una vivienda totalmente transformada, con las instalaciones necesarias como comedor cocina, baño instalado. "Pudimos seguir por cuenta propia construyendo un dormitorio más para nuestro hijo varón”, compartió.

"Cuando parecía que era el momento más difícil por el contexto de pandemia, Dios se manifestó con bendiciones sobreabundantes. La pastora Susana nos dio una palabra de Fe, y Dios usó su vida para que nosotros podamos creer en esa declaración y recibir la bendición del Señor", concluyó Fabiana.

Ella nos confirma con su testimonio la importancia de confesar y creer en las promesas de Dios y saber que Él utilizará a quién quiera, para bendecir a sus hijos. Muchas veces podemos estar en un contexto de desierto, pero cuando oramos y confiamos en el Señor, Él convierte ese desierto, en el oasis para sus hijos.

Editora del Sitio
"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos..."

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