Lo poco que tienes, en Sus manos, ¡es mucho!

“¡Sandi, has llenado de unción este recinto!”. Esas palabras fueron pronunciadas por el presidente de los Estados Unidos, George Bush padre, e iban dirigidas a la cantante cristiana Sandi Patty, muy famosa por entonces.

 

Era un desayuno en el hotel Hilton, de Washington, al cual habíamos sido invitados los medios periodísticos de distintas partes del mundo premiados por la oganización cristiana NRB.
 
 
La noche anterior, en una cena que me permitió conocer personalmente a muchos de los escritores que yo leía y admiraba, me colgaron al cuello una medalla de bronce con una cinta roja y me entregaron una hermosa Biblia de cuero en reconocimiento “por la calidad y la excelencia periodística” del Periódico “El Puente” que había fundado.
 
 
Recuerdo claramente que, durante esos eventos tan importantes, rememoré cuando, unos años atrás, salí de una pequeña ciudad, Laguna Paiva, en el interior de Argentina, con una caja de cartón que mi madre me había convertido en maleta y con casi nada de dinero rumbo a Buenos Aires haciendo “auto stop”
(haciendo dedo, como decimos en nuestro país), porque no me alcanzaba para pagar un boleto de bus.
 
Salí en busca de un destino mejor con muy poco desde el punto de vista humano, pero luego fui aprendiendo que, en este reino de lo sobrenatural, lo muy poquito, en manos de Dios, se convierte en mucho.
 
 
Así pasó con el muchacho de los cinco panes y los dos peces: los colocó en las manos de Jesús y fueron multiplicados de tal manera que, comió una multitud fue saciada y aún sobró.
 
El Señor te busca a vos muchacha, muchacho que tienes la sabiduría de ver tus escasas condiciones humanas...pero en las manos del Maestro.
 
 
El Señor busca al que le diga: “Señor, no tengo experiencia, no se hablar muy bien, sé muy poco de la Biblia, no tengo títulos, ni riqueza, no tengo carisma. Me faltan infinidad de cosas...pero tengo este poquito en mis manos Dios mío. ¡Y creo que tú puedes hacer el milagro de multiplicarlo!
 
“¡Señor, me veo tan limitado, pero tú sabes qué hacer conmigo!¡Sé que mi vida en tus manos terminará en ganancia”
 
 
Lee esto con los ojos del Reino, no con tu razonamiento humano y aplícalo a tu vida.
 
por Marcelo Laffitte

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