El sábado había decidido ir a hacer una compra a un supermercado en el auto e iba sola. Decidí tomar la vía rápida, y de repente un auto se puso detrás del mío, peligrosamente cerca, (que en la jerga de los conductores es presionarte a levantar la velocidad o darle lugar para pasar). En ese momento comencé a chequear todo: velocidad, cinturón, lugar en la ruta, y todo estaba en orden, seguí mi camino, aunque el molesto conductor no declinó su postura. Al llegar al desvío, disminuí la velocidad, puse el guiño, tomé mi ruta y pacientemente llegué a destino. El gasto, es tema de otro testimonio.

Eso me hizo pensar en cuantas veces la presión externa nos quiere hacer dejar nuestra decisión, porque “todos lo hacen”, o nos quieren mezclar en algo incorrecto, en cometer pecado, en cambiarnos de camino o incluso en apurarnos a algo, que aún no estamos preparados.

La palabra de Dios nos dice 1ra Corintios 10:13 "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar".
Es en esos momentos, en que el chequeo que debemos hacer con nuestra vida, debe incluir la palabra de Dios, que nos dice ante estas situaciones.... y nuestra respuesta debe ser la paz, que el Espíritu Santo nos llevará tranquilos hacia donde vayamos....
De la redacción de Encendidos por el Espíritu