“En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro”. Salmo 107:19-20
La mamá nos contó que Leslie era una joven de 14 años muy activa, deportista, y todo lo que hacía referencia a una persona de esa edad sana. Sin embargo, un día se despertó sin poder moverse, con mareos, temblores y fatiga que se apoderaron de su cuerpo, a tal punto, que no podía caminar sin ayuda. Los médicos, hicieron los controles necesarios, pero los estudios no reflejaban nada malo en su cuerpo. No obstante, ella permanecía sin poder moverse, y así llegó al Servicio de Milagros del viernes 15.
Así es como llegaron a la línea de oración, sin poder caminar sola, con la ayuda de su mamá y hermanos, a tal punto que debía permanecer sentada para recibir la oración del pastor Robert Acosta.
El Espíritu Santo reveló al pastor que existía en el corazón de la joven una falta de perdón, en ese momento pidió a Leslie que ore a Dios, para que le muestre cuál fue la puerta abierta que permitió el ingreso de la enfermedad a su vida.
A partir de la revelación el pastor, pidió ayuda a la pastora Rut López, quien continuó la ministración y a quien Leslie le contó sobre una situación traumática transitada por ella a la edad de los cuatro años. Allí ella declaró perdón y en ese momento el Espíritu Santo trajo libertad y sanidad a su corazón, mente y cuerpo.
Hoy, Leslie puede caminar y correr libremente como lo hizo el domingo en el servicio en el Monte de Dios, porque aquello que la atormentó durante 10 años, Dios en una noche trajo liberación y sanidad completa.
¡Gloria al Dios que resucita los sueños, los cuerpos, y las vidas!.
