En el Corazón de la Fe

Como creyentes que vivimos nuestras vidas fundados en la esperanza que Dios nos ha dado, la fe es como la savia de nuestra alma. Sin fe no tenemos nada. Sin fe, todo sentido de propósito, valor y alegría en las pruebas y circunstancias actuales, se dispersa como polvo en el viento. Sin embsrgo,con fe descubrimos una fuente de vida que tiene sus orígenes en la fidelidad de nuestro Dios Creador. Con la fe, experimentamos los efectos de las promesas hechas por nuestro Padre celestial vivo, amoroso, activo y confiable. Con fe, la vida abundante que Dios desea para nosotros se libra de un manto de dudas, miedo y desesperanza para convertirse en nuestra realidad. 
 
La Palabra define la fe como “la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve”. (Hebreos 11:1). Hebreos 11 continúa diciendo en los versículos 2-7: “Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.  Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe”. 
 
Hebreos 11 nos dice que la fe es simplemente esto: confiar en nuestro Dios que es completa y totalmente fiel. La fe es la respuesta natural a la revelación de la fidelidad de Dios.
 
Vivir enteramente por fe o completamente en respuesta a la fidelidad de Dios. Toda acción, pensamiento, emoción, palabra y perspectiva debe fundarse en la fidelidad de nuestro Padre celestial. Abel ofreció un sacrificio más aceptable porque tuvo una mayor revelación y confianza en la fidelidad de Dios. Enoc se salvó de la muerte terrenal porque agradó a Dios con su fe. Hebreos 11: 6 lo deja muy claro: “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”.
 
 ¿En qué área te falta fe hoy? ¿Qué partes de tu vida has tomado en tus propias manos? ¿Dónde estás lleno de miedo, ansiedad, depresión o desesperanza hoy? Debes saber que el camino a la fe en esas áreas está pavimentado con una revelación fresca de la fidelidad de Dios. 2 Timoteo 2:13 dice: “Si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo”.
 
 
Tu Dios siempre te será fiel. Puedes confiar en él en cualquier problema que estés atravesando. Él anhela trabajar a tu favor.
 
Busca una mayor comprensión de la fidelidad de tu Dios y permite que tu corazón se transforme. Pasa tiempo en oración meditando sobre el carácter de tu Padre celestial y permitiendo que el Espíritu Santo realice una obra en tu corazón a un nivel tal que te llene con la capacidad y el deseo de vivir completamente en Dios. 
 
Feeeliz martes !!!!!

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