A lo largo de nuestra vida, solemos hacer planes con gran entusiasmo. Planeamos nuestros estudios, nuestro trabajo, nuestras relaciones, y hasta nuestras metas personales. Nos ilusionamos con cómo pensamos que deberían ser las cosas y nos esforzamos para que todo salga según nuestro propio diseño. Sin embargo, la Biblia nos recuerda que, aunque tengamos muchos planes, el que prevalece es el propósito de Dios. Proverbios 19.21: “Muchos son los planes del corazón del hombre, pero el que prevalece es el propósito del Señor.”