Así es como batallamos. La adoración es mi arma preferida. Cuando adoramos, dejamos de mirar la batalla que tenemos delante, ¡y empezamos a mirar al Dios dentro de nosotros!
¡Adora en medio de la preocupación!
¡Adora en medio del miedo!
¡Adora en medio del estrés!
¡Adora en medio del agotamiento!
¡NUESTRA ADORACIÓN TRAE LA VICTORIA!
¡El enemigo no quiere que creas esto! ¡Él no quiere que camines en el propósito que Dios ha puesto en ti!
La clave de tu victoria es el aire en tus pulmones — ¡adora a Jesús!
La adoración derriba muros.
La adoración nos acerca al Padre.
La adoración nos recuerda nuestra razón para vivir.
La adoración trae el cielo a la tierra.
¡NUESTRA ADORACIÓN CAMBIA LA ATMÓSFERA!

Dios ya te ha dado la clave para cambiar la atmósfera a tu alrededor. Hay un poder en tu espíritu que, cuando sea liberado, sacudirá la tierra y producirá milagros. A medida que descubras esto, comenzarás a adorarlo en medio de cualquier circunstancia o situación.
El Señor habita entre las alabanzas de Su gente. Donde está la verdadera adoración, allí está Dios.
Es imposible sobrestimar el poder, la victoria, la bendición, la curación, el aliento, y la inspiración encarnados en este maravilloso secreto de adorar al Señor.
Salmos 46:10 dice: "Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios".

¿Qué significa "estar quieto"? La palabra hebrea se traduce como soltar tu agarre, para hacerse débil. ¡Qué idea liberadora! En nuestra completa dependencia de un Dios que nunca nos fallará, encontramos la libertad.
Tu Dios está en control!
¡No te estreses! — ¡Adóralo!
¡No te quejes! — ¡Adóralo!
¡No chismees! — ¡Adóralo!
¡No te enfades! — ¡Adóralo!
¡No te rindas! — ¡Adóralo!
¡Tu adoración es tu arma!
Bendecida Jornada!!!!