Yo tuve, al comienzo de mi caminar cristiano, la equivocada idea que la bendición de Dios se manifiesta en la vida de un cristiano con bienes materiales. Si posee, reposa sobre él el favor de Dios, si no tiene, por algo será… ¡Qué equivocado estaba!
Hoy conozco a muchos hermanos que viven muy precariamente, que tienen muy pocas cosas materiales y sin embargo son personas llenas del Señor. Y conozco a ricos de corazón muy duro que no son felices por su incredulidad.
El TENER o no TENER tiene poco que ver con SER o no SER buenos hijos de Dios.
La Biblia abunda en ejemplos de ese tipo para demostrar que “la vida cristiana no consiste en los bienes que se posee”. Veamos algunos: Abraham era y tenía; Moisés dejó de tener para poder ser y Elías siempre fue y nunca tuvo.
Esto es una muestra contundente que el SER un buen cristiano es totalmente independiente del TENER.
Incluso Dios no nos asegura que si somos cristianos fieles vamos a TENER. Lo que nos asegura es que no nos va a faltar, que es otro tema.
En el velatorio de un creyente mayor alguien dijo: “¡Qué gran hombre que fue: comenzó de joven con una mano atrás y otra adelante y terminó amasando una fortuna”. No fue una frase feliz. Mejor hubiese sido decir: “Este hombre honró al Señor con su vida. Fue muy rico, pero terminó casi sin nada porque fue muy generoso con sus bienes”
"No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín destruyen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín destruyen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón."Mateo 6:19-21