Como nuestro padre, Dios no solamente nos ha creado, sino que nos ama, continúa proveyendo para nosotros y nos perdona nuestros pecados (Mateo 5:48).
Dios también nos disciplina (Hebreos 12:5-11).
La imagen de Dios como Nuestro Padre nos ofrece algunas pistas sobre cómo debe ser la paternidad humana y la honra que como hijos debiéramos darle.
Por eso, hoy acerquémosnos con confianza a Su abrazo, a Su amor y a Su bendición. Pidamos perdón de lo que hemos hecho mal, perdonemos a quienes nos lastimaron, aprovechemos para arreglar nuestras cuentas con Nuestro Padre y luego se acomodarán las cosas con todos.
Y si están vivos nuestros padres biológicos, démosle honra, como dice la palabra de Dios, que es el primer mandamiento con promesa, para tener larga vida. Honrar es perdonar, es buscarlos, es escucharlos y darles muchos mimos, que jamás serán tantos como los que ellos nos dieron cuando éramos chicos.