Presten atención a este pasaje de Isaías 61:7: “En vez de vergüenza, mi pueblo recibirá doble porción; en vez de deshonra, se regocijará en su herencia, y así en su tierra recibirá doble herencia y su alegría será eterna” (NVI).
“Bienes que se transfieren a uno por sucesión”, así define el diccionario a la palabra “herencia”. Y aquí el profeta está diciendo que el Señor nos dará “heredades”.
Significa que nos compensará por los dolores, las injusticias y la deshonra que hemos sufrido en la vida. Por todas las pérdidas y todas las heridas que hemos padecido injustamente, Dios nos “indemnizará” y nos pagará con monedas de gozo y de doble honra.
Romanos 12:19 deja muy en claro cómo debemos actuar cuando la gente nos falle o nos traicione: “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”.
Elevemos una oración: “Te alabo con un espíritu de gratitud por la justicia con que tú has impregnado tu Reino. Tu Palabra es verdad y sabemos que transformarás nuestro lamento en gozo”.