Es decir que mantenía dos casas. Cuando se supo, todo se destruyó, él contrajo una severa enfermedad y en seis meses falleció. Lo fui a visitar al hospital y hablamos un largo rato. La excusa de él, un hombre muy preparado, fue increíble: “Todo mi pecado fue dar amor. Yo le pedía a Dios que, si él no quería a esa otra mujer, que me la quitara. Y no me la quitó por años".