×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 53

Cuando pedimos mal, el cielo se cierra

Cinco años atrás, un pastor amigo fue descubierto sosteniendo una relación paralela a su matrimonio con otra mujer.
 
Es decir que mantenía dos casas. Cuando se supo, todo se destruyó, él contrajo una severa enfermedad y en seis meses falleció. Lo fui a visitar al hospital y hablamos un largo rato. La excusa de él, un hombre muy preparado, fue increíble: “Todo mi pecado fue dar amor. Yo le pedía a Dios que, si él no quería a esa otra mujer, que me la quitara. Y no me la quitó por años".
 
Hay oraciones que nunca recibirán respuesta porque estamos pidiendo cosas que debemos hacer nosotros. Él debió dejarla a esa mujer. No era tarea de Dios alejarla. Esa oración era absurda. Se olvidó que Dios no puede ser burlado.
 
 
Dice el Señor: "Piden y no reciben porque piden mal". La Biblia aclara que pedir mal es pedir para nuestros deleites. Y el pedido de este hombre tenía que ver con sus deleites.
 
Cuando uno tiene cierta madurez sabe que hay cosas que solo Dios puede hacer y cosas que debemos hacer nosotros, con nuestras decisiones.
 
Una vez un hermano oraba diciendo: "Señor quita de mi mente estos malos pensamientos". Oración incorrecta. Su Palabra dice que somos nosotros los que "debemos llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Cor. 10: 4,5). Esa es tarea nuestra. El Señor nunca responderá a ese tipo de oraciones.
 
W.E Sangster, sintetiza muy bien esto que estamos diciendo, él dijo: "Muchas personas oran por cosas que solamente pueden venir por medio del trabajo y de nuestras decisiones; y trabajan por cosas que solamente pueden venir por medio de la oración".
Por Marcelo Laffitte

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.