Quedamos fascinados con Hilda por una película de Netflix que es un verdadero poema. Se llama “Pasante de moda” y el protagonista es nada menos que Robert De Niro.
Este film es una bofetada a los que subestiman, descalifican y rechazan a la gente mayor. Es que muchos no se han dado cuenta que se ha extendido notablemente la expectativa de vida de las personas y los que antes, a los 60, eran expulsados del sistema, ahora son hombres y mujeres con valores muy altos y con un horizonte de por lo menos 20 años más de especial rendimiento. Y lo importante: con una mente esclarecida porque en la juventud se aprende, pero en la vejez se entiende.
No hay duda que la vida es una constante repetición de los mismos problemas. ¿Por qué entonces no buscar el consejo de quienes ya los vivieron y los solucionaron? En el matrimonio, en las empresas, en el gobierno, en cualquier aspecto de la vida ellos son los sabios, ellos tienen las respuestas.
Pero los mayores no son consultados. No se los tiene en cuenta. Y más: se los degrada.
Hay frases muy lacerantes: “Y…ya está grande”. “Vos viejo cállate que no entiendes nada”. Y cuando en una familia son descalificados y condenados a un rincón, se inicia un círculo vicioso y penoso: los mayores se acomplejan, terminan creyendo que ya no sirven y se callan. Y entonces dejan morir al talentoso, al sabio, al experimentado que llevan adentro.
Volvamos, como en oriente, a la fuente del saber.
Revaloricemos a los queridos “viejos”. Ellos tienen los puños llenos de verdades y el corazón fraguado y lleno de bondad.
No nos confundamos: la edad que muestran en el documento, ahora no tiene nada que ver con la edad interior.
“Aun en la vejez fructificarán. Estarán vigorosos y verdes” Salmos 92:14
Por Marcelo Laffitte
