Hay un lugar en Su mesa, una herencia que recuperar, una posición que asumir y una gracia que no puede ser despreciada.

Aunque no estés bien, aunque tal vez no esperabas tanta oportunidad, Él es Dios de retribución y de nuevas oportunidades.
Si hoy aceptas la invitación del Rey y no la rechazas, serás parte de Su Reino, recuperarás lo que otros no valoraron y que Dios las había prometido.

Él se acuerda del desvalido, del despreciado, del que todos ya no se acordaban, pero si aceptas su invitación ¡Él te subirá en sus alas de SALVACIÓN!
¿Qué harás con el Rey? ¿Aceptarás su invitación?
¡Yo digo sí y amén!

Pastora Susana Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina.