Por uno solo que desobedeció a Dios, muchos pasaron a ser pecadores; pero por uno solo que obedeció a Dios, muchos serán declarados justos.
Por causa de la desobediencia de Adán, el pecado, y sus consecuencias: la muerte física, espiritual, enfermedades, pobreza, destrucción familiar, esclavitud, entraron al mundo; pero por el sacrificio de Cristo y su obediencia, eres libre del pecado, de toda maldición, y hasta de la condenación eterna, siendo declarado justo, sin culpa.
El único remedio espiritual es creer en ese sacrificio de Jesús y recibir completa libertad espiritual.
Ora así: Padre Dios, por tu Palabra recibo perdón, vida, libertad de toda maldición, y acepto todas las bendiciones que dejó Cristo para mi vida y mi casa. Pido también tu libertad espiritual sobre mi Nación. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes y Feliz día de la Patria!