Romanos 5:10-11«Pues, como nuestra amistad con Dios quedó restablecida por la muerte de su Hijo cuando todavía éramos sus enemigos, con toda seguridad seremos salvos por la vida de su Hijo. Así que ahora podemos alegrarnos por nuestra nueva y maravillosa relación con Dios gracias a que nuestro Señor Jesucristo nos hizo amigos de Dios.»


Cuando por tus pecados e indiferencia eras su “enemigo”, Dios te ofreció su amistad mediante Jesús, para que, ante cada problema, puedas acercarte confiadamente a Él y encontrar la ayuda oportuna.
Ora así: Padre Dios, acepto tu inmerecida amistad, obtenida por la muerte de Jesús; y por el Poder de Su vida, sálvame eternamente y de cada problema. Te lo pido en Su Nombre, amén.
¡Bendecido Martes!