2 Reyes 4:8, 14-17Una mujer importante de Sunén invitó a Eliseo a comer en su casa. Y cada vez que Eliseo pasaba por allí, la mujer le insistía que se quedara a comer. Eliseo le preguntó a Giezi: ¿Qué podemos hacer por ella? Ella no tiene hijos, contestó Giezi, y su esposo ya es anciano. Llámala de nuevo, le dijo Eliseo. El año que viene, por esta fecha, ¡tendrás un hijo en tus brazos. Efectivamente, la mujer pronto quedó embarazada y al año siguiente, por esa fecha, tuvo un hijo, tal como Eliseo le había dicho.
El profundo deseo de aquella generosa mujer había sido tener un hijo, pero ya no tenía ninguna esperanza. Sin embargo, como había “sembrado” en la vida del profeta, tenía derecho a una cosecha.
“Llámala de nuevo”, y por la bendición del profeta, la mujer tuvo su hijo.
Dios te invita a ser generoso, y luego a “pedir de nuevo”, esperando la cosecha, el milagro. Las Promesas de Dios siempre se cumplen.

Ora así: Padre Dios, como aquella mujer, decido ser generoso, renuevo mis expectativas, pido el milagro otra vez, creyendo en tus Promesas. En el Nombre de Jesús, amén.