Santiago 5: 17-18 Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio! Más tarde, cuando volvió a orar, el cielo envió lluvia, y la tierra comenzó a dar cosechas.
Elías se transformó en una persona extraordinaria a través de la oración fervorosa, de una profunda comunión con Dios.
Aunque hasta hoy hayas sido una persona con debilidad, pecados, inseguridad, comenzá a recorrer el mismo camino de Elías: buscá a Dios sinceramente, orá con fe, con fervor.

Conquistarás lo imposible, y además, el Señor te usará para bendición de tu ciudad y nación.
Orá así: Padre Dios, me arrepiento de mis pecados, recibo tu perdón, y decido tener una profunda comunión con Vos. Te pido tu bendición y la sanidad de mi tierra. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!