Génesis 12: 1-3 Entonces el Señor le dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.

Al igual que al patriarca Abram, Dios también quiere bendecirte, pero hay cosas que tienes que hacer tú: deja atrás todo aquello que te ata, renuncia a toda maldición que te frena, aléjate de vicios y costumbres que te perjudican, comienza a transitar el Camino de bendición de la mano del Señor.

Haz tu parte. Dios siempre hace la suya.
Ora así: Padre Dios, reconozco que no he andado por buenos caminos, y quedé atrapado en el pecado y sus consecuencias. Hoy abandono mi vieja vida para andar en tu bendición. Perdona mis pecados y clavo en la cruz toda maldición. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!