Testimonio: ¿cómo guardas tu corazón?

Un joven me dijo en una iglesia que a él lo inquietó cuando lo cité en el mensaje, y que no sabía cómo poner en práctica, el versículo que dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Prov. 4:23).

 

¿Por qué te inquietó? Le pregunté. Y su respuesta me gustó: “Porque me da la impresión que es algo importantísimo para Dios porque me pide que lo proteja más que todas las cosas que tengo que proteger”.
 
Le dije que eso era real y le di una respuesta sencilla, pero creo que muy práctica y efectiva. Lo primero que le aclaré es que “guardar” significa un esfuerzo consciente y permanente. No es algo que se haga una sola vez. Luego fui más puntual con algunos ejemplos prácticos.
 
“Cuidar el corazón (o sea la mente) es evitar la parte oscura de la computadora (¿Me entiendes no?)”
 
“Es evitar esos noticieros por televisión llenos de violencia y de sangre. Acordarnos que todo lo que entra por los ojos o los oídos no es inocente: o nos llena de cielo, o nos llena de infierno. Todo lo que permitimos que entre, -ideas, actitudes, deseos- moldean nuestro carácter y nuestras acciones”.
 
“Es evitar los chismes y las palabras vanas. Directamente no tienes que escucharlos: “Perdóname, no me cuentes eso porque no me interesa enterarme”. Porque ese tipo de cosas intoxica el alma.
 
“Es evitar pasarnos la vida pensando en lo que los demás nos han hecho. Eso también contamina el corazón. La Biblia aconseja: “El sabio pasa por alto la ofensa”. No tengamos a la gente bajo la lupa a ver dónde se equivoca”.
 
Terminé explicándole que cuando guardamos nuestro corazón filtrando todo lo que entra en nosotros a la luz de la Palabra de Dios, nuestra vida fluye de manera saludable, llena de paz, gozo y dirección. Pero si no lo hacemos, nos exponemos a la confusión, el desánimo y a las decisiones equivocadas.
Y le dejé esta “tarea”: “Cuidar el corazón es incorporar, permanentemente, Palabra de Dios. Verdades eternas. Y es pasar tiempo con él cada día”.
 
Me agradeció y se alejó prometiendo ponerlo en práctica desde ese mismo momento.
 
por Marcelo Laffitte

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