Mi hija estuvo en terapia un mes y dieciséis días y no despertaba, a causa de un pico de presión en su embarazo. Los médicos ya no le daban vida a ella ni a su bebé. Pero un día estaba yo afuera de la terapia del Hospital sentada en un banco, me arrodillé y le dije Señor te necesito y Dios me dijo: clama a mí y yo te responderé.
Encontré el Facebook de la Iglesia y un hermano del Centro Cristiano de Avivamiento fue a orar al hospital.
A la mañana cuando fui a visitarla, las enfermeras me dijeron ¡te vas a sorprender!. Entro a la terapia y encuentro a mi hija despierta para la Gloria de Dios. Y mi nieto es un milagro, nació con tan solo cuatro meses de vida y el Señor se está glorificando en su vida".