La palabra de Dios dice en Romanos 12.2: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.
Por eso debemos evaluar permanentemente qué pensamientos tenemos, analizarlos, confrontarlos y cambiarlos, si fuera necesario.

El texto no habla de un cambio de pensamientos negativos en positivos solamente, como hoy día muchos dicen que hay que hacer, sino de algo mucho más profundo, dejar que Dios nos transforme en nuevas personas, con nueva manera de ser y pensar.
Porque lo que soy internamente, determina lo que hago y lo que voy a alcanzar en la vida.
Este cambio ocurre cuando reconocemos que hemos nacido en pecado, separados de Dios y por lo tanto hemos crecido imitando conductas y costumbres de nuestra cultura, lejos de lo que Dios planificó para nosotros.
Cuando reconocemos que necesitamos ser transformados en nuevas personas, ponernos en manos del alfarero y decir “Señor hazme de nuevo”.
La palabra “transforme” que usa el texto significa metamorfosis, como cuando la oruga se convierte en mariposa, hubo un proceso de metamorfosis, dando lugar a un nuevo ser.

De la misma forma el Señor desea cambiarnos, llevándonos a un nuevo nivel de pensamiento, donde seamos libres y podamos vivir las cosas buenas, agradables y perfectas que El preparó para nosotros.
Que, en este día, experimentemos la transformación que Dios quiere.
Pra. Alicia Neumann, Centro Cristiano Puerta Abierta Sáenz Peña, Chaco, Argentina