Así como Dios habló a Nehemías, así nos hablará en tiempo de ayuno y oración. No ignoramos el problema, pero la mano de Dios está con nosotros. Cuando tienes una palabra, tienes el decreto del Rey en tu mano y puedes decir: “Señor, tú lo dijiste”.
El primer paso es actuar, porque la fe sin obras es muerta. Extiende tus límites y cree a la palabra que Dios te ha dado.
Cuando empiezas a actuar en fe, cuando tomamos decisiones firmes, tienes que saber que el enemigo se enfurece cuando le crees a Dios. Es importante que conozcas a los enemigos, para que sepas qué hacer: sus estrategias. El apóstol Pablo nos dijo: “¡No ignoramos las maquinaciones del enemigo!”.
"La fe viene por el oír, y el oír de la palabra". El primer ataque que va a venir es el menosprecio. Es tanto el poder de la palabra de Dios, que cuando lo crees, a Satanás lo mueve y utiliza palabras negativas para atacarnos. Debemos enfrentar esto buscando a Dios en oración, porque la palabra ya está dada. Habla con el que te dio la palabra, y eso es la oración.
Las palabras negativas tratarán de atacar tu ánimo. ¡Pero ánimo! La conquista está asegurada si nosotros hacemos lo que Dios nos mandó hacer.
¡No debemos hablar lo que el diablo quiere que hablemos! No debemos decir: “Yo no puedo”, porque en su palabra nos dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Tienes que cuidarte a quién escuchas. Presta atención a lo que estás escuchando, Iglesia. Para que tu fe sea más fuerte, debes escuchar a los que hablan con el Padre y escuchan Su Palabra. Volvamos a la palabra, Iglesia.
¡En esta nueva temporada, créele a Dios! Toma tu lugar, ve y haz lo que Dios te mandó hacer.
Cuando te levantas en fe, destruyes las mentiras que el diablo ha puesto en la mente de las personas. Anima a otros a que crean, peleen y se levanten en el nombre de Jesús.
Cuando tú le crees a Dios, eres bendecido, pero también inspiras. Y eso es lo que teme el infierno: no solo que seas bendecido, sino que seas de inspiración para muchos y puedas decirles: “Si Dios lo hizo ayer, lo hará otra vez”. En este tiempo, "muchos entraremos en un tiempo de ayuno y oración, y el Señor será nuestra fortaleza".
Pastor Robert Acosta, Centro Cristiano de Avivamiento, Resistencia, Chaco, Argentina
