Tu luz incomoda

Jesús lo explicó con una claridad que todavía resuena: “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado.” (Juan 15:22)

 

 

Cuando un miembro de la familia se convierte y empieza a vivir de otra manera, sin gritar, sin mentir, sin enojarse como antes, sin participar de conversaciones hirientes… se convierte en un espejo. Y nadie se siente cómodo viéndose reflejado cuando la conciencia empieza a despertar.

 

El simple hecho de no actuar como antes deja en evidencia lo que los otros no quieren ver. Y entonces llega el rechazo, la burla, los comentarios hirientes:

“Ahora te creés mejor que nosotros.”

“Estás en una secta.”

“¿Hasta cuándo vas a seguir con eso de la iglesia?”

 

Pero la realidad es otra: no es orgullo, es luz. Y la luz molesta cuando uno prefiere seguir en la oscuridad.

 

Jesús también dijo:

“La luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3:19)

 

No te desalientes si estás pasando por esto. Es señal de que la luz de Cristo en vos está brillando. El rechazo no siempre es hacia vos, sino hacia lo que representás: una vida nueva, perdonada, guiada por Dios.

 

Recordá que Jesús también fue rechazado por los suyos, y nos advirtió con amor: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros.” (Juan 15:18)

 

 

Por Marcelo Laffitte