Gracia divina que nos fortalece en la identidad y en el carácter de Jesús, para que en Él podamos avanzar con paso firme en sus caminos, en adoración en espíritu y en verdad hacia nuestro Padre.
Como hijos de Dios caminamos bajo la gracia, milagro del que somos beneficiados y que innegablemente notarán quienes nos rodean; porque la gracia de Dios, se hace visible y es inevitable que quienes estén a nuestro alrededor, no la puedan ver. La gloria de Dios se manifiesta a través de nosotros sus hijos; Jesús se hace notar en nosotros, y no de cualquier forma, Él siempre lo hace de maneras sobrenaturales y excelsas. Inevitablemente quienes estén cerca de nosotros, tendrán que ser testigos del poder, del amor y de la gracia celestial que nos cubre.
¡Alégrate!, porque eres hijo de Dios, Él hará que tus enemigos visibles e invisibles; que todo cuanto te rodea, se entere de ello.
Estás bajo la gracia, bajo la sublime gracia de Dios. Estás siempre en un refugio seguro, en su Paternidad, en su Amor. Bendito es nuestro Señor Jesucristo, quien nos dio entrada al trono de la gracia, donde recibimos lo que necesitamos en todo tiempo para poder brillar en Él, y así, rendir adoración y alabanza fragante ante Dios, nuestro Padre Eterno.
Feliz...Feeliz...Finde!!!!