Amigo de Dios

Ayer fue el día del amigo, y una de las cosas que Dios puso en nuestra alma es la necesidad de dar y recibir amor. A esto yo le llamo "Vitamina A", vitamina del amor. Y dentro de esta vitamina está el amor fraternal, el de amigos y el ágape, aquel que nos conecta con Dios. La palabra de Dios dice en Job 22:21"Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien". Cuando nosotros tenemos un encuentro con Dios, nuestro espíritu recién empieza a vivir.
 
 
La amistad es algo que Dios diseñó y creó. Cuando creó a Adán y Eva, él compartía esta amistad con ellos. Pero esto se terminó cuando el hombre desconfió de Dios. Y allí llegó el vacío, cuando el hombre perdió amistad con Él.
 
Pero Dios no perdió la esperanza de tener una amistad con nosotros, de que confiemos en él. Y buscando a quien confíe en él, encontró a Abraham, quien creyó en él y lo llamó amigo (Isaías 41:8). Cuando hablan de Abraham, dicen "amigo de Dios" (Santiago 2:23).
 
El infierno conoce quiénes son los amigos de Dios.
 
Las pruebas que pasamos a veces son para calificarnos, pero también son para recibir el "título" de ser llamados amigos de Dios.
 
Dios hizo caminar a Abraham en el lugar que después su hijo caminaría: el lugar del sacrificio de su hijo Isaac, luego fue Jerusalén, y a un costado estaba un lugar llamado Gólgota, lugar donde fue sacrificado Jesús.
 
 
Dios aún tiene esa necesidad como nosotros; Él es el ejemplo y no solo necesita recibir, tiene mucho amor para dar.
El padre, por el deseo de volver a tener amistad con nosotros, envió a su hijo para que ya no seamos sus enemigos, sino que podamos ser sus amigos.
Un amigo es con quien pasas tiempo, en quien puedes confiar. Y Dios nos eligió a nosotros para eso; no está esperando qué le puedes dar, sino que él te quiere dar.
Él pagó el precio para que tengamos un lugar en su mesa, donde se sientan sus amigos.
 
Jesús pone dos condiciones para los que quieran ser sus amigos:
1. Juan 15:14: Volver a confiar en él. Ser obedientes. Los amigos de Dios pueden recibir las cosas que Dios está planeando en el cielo.
2. Santiago 4:4: Debemos ser decididos. Ser amigos del mundo nos convierte en enemigos de Dios.
 
Los amigos de Dios queremos ser como Él, pero solos no podemos. Por eso, Dios nos da un regalo celestial, y nos da su mismo Espíritu. El amor de Dios nos fortalece para no fallarle. Como un amigo fiel, él no dejará que ninguna de sus promesas te falte. Podemos fallarle, pero Él no nos descarta por eso.
Un amigo de Dios también puede pasar un día difícil, pero Él no te soltará la mano.
 
Si te mantienes firme, el cielo sabrá que allí hay alguien con un carácter pasado por el fuego y es un amigo de Dios.
En los días difíciles aprenderás a escuchar más profundamente la voz de Dios.
 
Ese es su diseño original, que tengamos la herencia y podamos recibir el título de ser llamados amigos. Medita en la palabra; allí Él habla de Sus sueños, de Su provisión. Si te vuelves en amistad con Él, serás edificado, tendrás paz. Tenemos un amigo que pelea nuestras batallas.
Cuando estamos en amistad con Dios y le ponemos propósitos a nuestra riqueza material, verás cómo se abren las compuertas de los cielos.
 
Pastor Robert Acosta
Centro Cristiano de Avivamiento

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.