Hay muchas definiciones sobre “amar”, pero para mí la más precisa es la que dice simplemente: “Amar es entrar en la necesidad del otro”. “Nadie escucha a Dios si tiene los pies fríos, dolor de muelas o el estómago vacío”. Esto lo dijo un hombre que ya en el siglo pasado entendía claramente lo que Jesucristo pretende de los cristianos. Se llamaba William Booth, fundador de ese ejército de la misericordia que es el Ejército de Salvación.