¿Pero en qué consiste este ejercicio tan importante de la renovación de la mente, que sigue permaneciendo tan oscuro e inentendible para una gran cantidad de creyentes?
Trataré de explicarlo con palabras sencillas.
Nosotros vamos madurando día tras día y nuestra sabiduría aumenta constantemente. Eso quiere decir que lo que leímos de la Biblia el año pasado lo entendimos con mucha menos “carga” de sabiduría que la que tenemos hoy. Será entonces necesario volver a leer lo mismo, porque sin duda le sacaremos mucho más “jugo” y eso irá renovando nuestra mente.
Notaremos también que textos que hasta hace poco nos parecían oscuros y difíciles de entender, ahora, leídos después de un tiempo, después de haber madurado, estallan en nuestro conocimiento con más riqueza. Y nos renuevan. Y nos bendicen.
Renovar la mente en la vida cotidiana es muy bueno. Es altamente positivo porque nos lleva a pensar cada vez mejor, a tomar decisiones más acertadas y a comprender plenamente cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Tres avances claves.
Antes, por ejemplo, pensábamos: “Si pierdo el trabajo no podré pagar el alquiler y me desalojarán, y quedaré en la calle con mis hijos…” Una mente renovada en la fe piensa, ante el mismo caso: “Si se me cierra una puerta, Dios me abrirá otra, porque él prometió no abandonarme”.

Otro ejemplo: Cuando alguien tenía discusiones con su pareja pensaba: “Esto no va más. Esto no tiene retorno. Debo divorciarme”. Ahora, con la mente renovada piensa: “No dudo que esto será pasajero, Dios nos dará la salida, oraremos juntos y saldremos adelante”.
Antes, mi vieja mente pensaba: “No soporto a Raúl, es un muchacho muy difícil”. Hoy pienso: “¿Qué dolor interno tendrá Raúl para impulsarlo a ser de esa manera? ¿Cómo podría ayudarlo?”
Vayamos abandonando la forma de pensar del mundo que traíamos de nuestra antigua vida. Y a medida que renovemos nuestra mente, nuevos principios y nuevas conductas enriquecerán nuestra vida y nos harán mejores personas.

Nuestra mente avanzará a la luz de la Palabra, por eso es imprescindible leer la Biblia todos los días. Sin lectura bíblica, nuestra mente se estancará.
Marcelo Laffitte