Un sabio hombre dijo alguna vez: "Imagínate plantar un jardín y luego convertirte en una planta". Es impactante siquiera contemplar la posibilidad de tomar una decisión como esa; y, sin embargo, la distancia entre nosotros y una planta es mucho menor que la distancia entre nosotros y nuestro Hacedor.
¿Qué le llevaría a Dios, tomar una decisión así: “plantarse, sembrarse” en este mundo pecador y sucio? Sólo una cosa, Amor.
La Biblia asegura que Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Él nos ha amado mucho desde siempre y quiere compartir su amor con todos, sin embargo nos equivocamos y le damos la espalda, nos alejamos de Él y lo rechazamos. Es en ese contexto que Jesús nació; así Jesús es el mayor y más maravilloso regalo que podemos recibir de parte de Dios.
El plan de Dios es reconciliarnos con Él por medio de su hijo Jesús. Es ahí donde recordamos cuán grande amor ha tenido el Padre en enviar a su Hijo, para que tengamos una oportunidad de salvación. Cada Navidad puedo ver, qué dichosos somos al recordar esta gran verdad: que Jesús nació y desea nacer en los corazones de todos sin excepción, trayendo amor y esperanza de una vida mejor.
Pídele a Jesús que nazca en tu corazón, que sea parte de tu vida y llene tus días de Amor y Fe.
Ora así: Señor Jesús, yo te acepto en mi corazón como mi Señor y Salvador. Reconozco que soy pecador y te pido perdón. Te pido que habites en mi corazón y te doy gracias por el maravilloso regalo de la Salvación y por tanto Amor. Amén!!!
Que tengas una Bendecida Noche Buena!
