¿Quién podrá sostenerse delante del envidioso? Prov 27:4

Cuando el Señor te levante y te coloque en un sitio relevante, no escuches la opinión de los críticos de turno. Esta gente nunca estará de acuerdo con nada de lo que hagas, porque tienen la enorme desgracia de padecer de una enfermedad muy dañina: la envidia.
Debes saber que la gente dice muchas cosas, pero tú decides si dejas entrar o no esas palabras en tu vida.

Eres tú el que decide colocar ciertos filtros que te aíslen de palabras, de personas y de acciones que claramente apuntan a dañarte. Ellos siempre tendrán palabras negativas acerca de todos aquellos que triunfan.

 


Si tienes una casa humilde y te mueves en un viejo Renault 12 comentarán irónicamente: “Y bueno, el que mal anda, mal acaba" Pero si eres levantado y prosperado por el Señor dirán: “Vaya uno a saber en qué andará para haber subido tan alto”.

Por eso, si las cosas te van bien, no te sorprendas si comienzan a arreciar los malos comentarios. Pasa aquí y en la China. Está en el ADN humano.

La gente envidiosa debe generarnos mucha pena, porque sufre mucho.

Para los que reconocen que padecen el problema de ser envidiosos: Una de las salidas es confesarlo como un pecado y renunciar a él en el nombre de Jesús. Y deben hacer esto todas las veces que se sorprendan envidiando o criticando a otros. Y el Señor los librará.

Por Marcelo Laffitte

La redacción de EncendidosporelEspíritu.com recuerda una recomendación del pastor Ángel Paniagua quien decía: pídele al Señor te haga invisible ante los ojos de los envidiosos para que no te llegue la maldad que tienen. Pedir que Su sangre nos cubra hoy y siempre es una protección que debemos tener frente a estas personas que realmente necesitan ayuda de Dios para salir del tremendo encierro en el que se hallan. 

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