Eres tú el que decide colocar ciertos filtros que te aíslen de palabras, de personas y de acciones que claramente apuntan a dañarte. Ellos siempre tendrán palabras negativas acerca de todos aquellos que triunfan.
Si tienes una casa humilde y te mueves en un viejo Renault 12 comentarán irónicamente: “Y bueno, el que mal anda, mal acaba" Pero si eres levantado y prosperado por el Señor dirán: “Vaya uno a saber en qué andará para haber subido tan alto”.
Por eso, si las cosas te van bien, no te sorprendas si comienzan a arreciar los malos comentarios. Pasa aquí y en la China. Está en el ADN humano.
La gente envidiosa debe generarnos mucha pena, porque sufre mucho.
Para los que reconocen que padecen el problema de ser envidiosos: Una de las salidas es confesarlo como un pecado y renunciar a él en el nombre de Jesús. Y deben hacer esto todas las veces que se sorprendan envidiando o criticando a otros. Y el Señor los librará.
Por Marcelo Laffitte
La redacción de EncendidosporelEspíritu.com recuerda una recomendación del pastor Ángel Paniagua quien decía: pídele al Señor te haga invisible ante los ojos de los envidiosos para que no te llegue la maldad que tienen. Pedir que Su sangre nos cubra hoy y siempre es una protección que debemos tener frente a estas personas que realmente necesitan ayuda de Dios para salir del tremendo encierro en el que se hallan.