Tres señales seguras

Siendo muy nuevos en la fe, el Señor nos enseñó a Hilda y a mí un principio muy valioso para la vida cristiana que nunca olvidamos y que hemos practicado hasta el día de hoy. ¿De qué se trata?
 
Que es tan malo no hacer lo que el Señor nos pide que hagamos, como ponernos a hacer lo que Él no nos pidió que hiciésemos”. (Grábese esta frase que le hará muy bien).
 
Desde entonces no hemos iniciado nada sin tener la “luz verde del Cielo”. Las veces que nos hemos apresurado y no esperamos su respuesta, hubo que lamentar consecuencias.
 
¿Y cómo responde el Señor positivamente cuando le preguntamos si podemos avanzar con algún proyecto?
 
Él lo hace con tres señales:
1) La Palabra de Dios (Habrá un texto que por poco nos dirá: “¡Adelante…eso será de bendición!”). Obviamente que para obtener esta respuesta es necesario leer cada día la Biblia, de lo contrario estaremos amordazándolo al Señor.
 
 
2) Por la paz interior que sentiremos. (Muy distinta a la tormenta que experimentamos cuando no logramos diferenciar si es Dios o la carne quien nos impulsa).
 
 
3) Las circunstancias (Cuando algo es de Dios no hay que “forzar la máquina”, no habrá que empujar, todo irá como por un riel aceitado).
 
 
Y sumaría una cuarta: escuchar la opinión de personas sabias que tenemos a nuestro alrededor, entre ellas, por supuesto, nuestra esposa o esposo.
 
 
¡Produce tanta paz y tranquilidad buscar esta “Autorización” del Señor antes de emprender cualquier cosa! Tendremos que doblegar a la ansiedad que siempre es una mala consejera y que nos impulsa a hacer lo que no debemos: avanzar con lo que nos pasa por la cabeza y “después”, recién después, pedir la bendición de Dios.
 
 
¡Gracias Señor por ese faro luminoso que nos has provisto para no equivocar el camino!
 
Por Marcelo Laffitte
 

 

Suscríbete a nuestro boletín de novedades

Te vamos a comunicar lo más destacado.
Solo una vez por semana te enviaremos notas seleccionadas de nuestra web.