Gol en contra

Hablando futbolísticamente, un gol en contra le ayuda a ganar al adversario, pero tengamos claro que fue hecho por alguien de nuestro mismo equipo o por nosotros mismos.

Si miramos un poco atrás. Cuántos goles en contra nos hicimos, que nos hicieron perder ese partido y como sucedió, generalmente es involuntario. Nadie quiere patear contra su arco. El partido es para ganarlo y esto sólo sucede cuando hacemos el gol en el arco debido. Para esto nos preparamos y entrenamos.

Pero un momento de distracción, nos puede costar el partido.

Dice la Palabra de Dios, ”corred de tal manera que ganéis el premio. ¿No sabéis que en el estadio todos corren, más uno solo recibe el premio? Corred de manera que lo obtengáis”. (1 Cor. 9, 24). Para salir campeón hay que ganar, sólo empatando no alcanza.

Por ello, este consejo es oportuno para cada área de nuestra vida, que es un tránsito, una carrera y a veces con obstáculos, pero corremos, así y todo, para llegar a la meta.

Es bueno darnos cuenta cuál es el premio, si terminar primero o llegar, que también es muy bueno, porque indica que me preparé para ello y si no estamos llegando, o no nos preparamos debidamente, o, puede haber desvíos que nos distraen y ahí aparece el gol en contra y podemos perder el partido, no llegar y con ello la frustración y lo que ello acarrea.

Pero hay una buena noticia. Si te entrenas bien y tu lugar de juegos es próximo al arco contrario, hay más posibilidades de hacer el gol en el arco correcto y no en el nuestro.

Es tiempo de no jugar siempre a la defensiva y hacer, como se dice en fútbol, "la mejor defensa es un buen ataque" y correr ordenadamente en la forma correcta.

El gol en contra aparece en el desorden, generalmente cuando no estamos en nuestro puesto.

Por eso, ocupa tu lugar correcto y los resultados vendrán, no solos, pero sí, del orden y realizar lo planificado y poner todo nuestro empeño posible.

 

Hay un proverbio que ilustra muy bien esto… el caballo se prepara para la victoria, ...Proverbios 21:31 El caballo se alista para el día de la batalla; mas Jehová es el que da la victoria.

Es tan claro lo que dice, prepárate con tiempo suficiente para el gran día, no llegues a ese día sin entrenamiento y lo mejor, que, si hacemos esto, la victoria está asegurada. No es nuestra, Dios nos la da.

En síntesis, no vivamos sólo de la defensa, ni sólo de ataque.

Preparémonos lo suficiente y en orden, para que las victorias lleguen porque llegarán y vienen de Él.

Dios nos bendiga.

José Quiroga

Editora del Sitio
"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos..."

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