1 Juan 1: 8-9 “Si afirmamos que no tenemos pecado, lo único que hacemos es engañarnos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad; pero si confesamos nuestros pecados a Dios, Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”.
Una cosa es cometer un pecado y otra practicarlo permanentemente. Es distinto haber dicho una mentira a ser un mentiroso. Por eso, lo primero que tienes que hacer hoy es renunciar al pecado y decidir practicar los mandamientos de Dios.
Luego, tienes que pedir perdón cada día por aquellos pecados que cometes, consciente o inconscientemente, que te alejan de Dios y Sus bendiciones. Sé sensible al Señor, y Él, que conoce tu corazón y sabe que estás dispuesto a dejar de practicar el pecado, te perdonará y prosperará.
Ora así: Padre Dios, renuncio a vivir a mi manera y decido hacer tu voluntad. Te pido perdón por mis pecados, ¡límpiame! Sin merecerlo, recibo tus bendiciones. En el Nombre de Jesús, amén.
Bendecido Domingo!
